jueves, 24 de febrero de 2011

La REDD y los derechos: víctimas de una interpretación interesada


Tomado de:

http://www.forestpeoples.org/es/topics/un-framework-convention-climate-change-unfccc/news/2011/02/la-redd-y-los-derechos-victimas-de

interpretación interesada

18 Febrero de, 2011

Los importantes progresos que la CMNUCC había hecho en relación con los derechos y las salvaguardias en el terreno de la REDD corren el riesgo de diluirse completamente y ser reinterpretados en nuevos debates y prácticas de REDD, representando un riesgo significativo para el medio ambiente y los pueblos indígenas

En diciembre de 2010 hubo una reunión de pueblos indígenas en Cancún para defender los logros conseguidos previamente en relación con los derechos y las salvaguardias en el terreno de la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques (REDD) en negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Aunque se habían asegurado por escrito algunos compromisos importantes, ahora el reto es asegurar que sean traducidos e interpretados correctamente por los actores crecientemente involucrados en la preparación para la REDD. En estos momentos no es posible realizar una evaluación final del impacto que el resultado de Cancún tendrá sobre la REDD, ya que el posicionamiento político y los procesos que siguen las políticas requieren tiempo y recursos para evolucionar y consolidarse. Sin embargo, se están empezando a consolidare pruebas de la gran distancia existente entre la retórica y la práctica, lo que confirma que lo que se consiguió en Cancún podría acabar siendo simplemente un mandato político firme para intensificar el apoyo a la preparación para la REDD y continuar con ella, mientras se diluyen algunos de los requisitos más importantes en lo que se refiere a derechos y salvaguardias. La combinación de la prisa por acceder a fondos para la preparación y empezar a poner créditos de carbono en el mercado con la falta de voluntad política para asegurar controles y balances rigurosos podría representar una grave amenaza para los pueblos indígenas y el medio ambiente. Como ha ocurrido en las negociaciones sobre el clima, si no se mantiene bajo control a los gobiernos receptores de la ayuda para la REDD, dejarán de cumplir su obligación de supervisar y verificar el cumplimiento de sus compromisos y de presentar informes al respecto, mientras que los gobiernos donantes y los organismos más importantes que participan en la REDD interpretarán el mandato de Cancún de una manera menos rigurosa.

Tres hechos que ocurrieron poco antes, durante e inmediatamente después de la CP 16 de Cancún proporcionan pruebas claras de la dinámica que el acuerdo de Cancún podría desencadenar. Pocos días antes de la CP, la Asociación REDD+ Provisional celebró una reunión en la que se restó considerablemente importancia a las salvaguardias en la REDD. Durante la CP, el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF) del Banco Mundial decidió, de una manera muy poco transparente, ampliar el número de países acogidos a su reciente iniciativa de «múltiples socios de aportación» incluyendo a Perú, cuya propuesta de preparación para la REDD (R-PP) ha sido fuertemente criticada por organizaciones de pueblos indígenas. No obstante, el FCPF decidió apoyar a Perú sin ninguna garantía de que se respetarían plenamente los derechos a la tierra y los derechos de los pueblos indígenas en concreto.

Poco después de la CP de Cancún, el FCPF y el Programa ONU-REDD elaboraron una nueva y aparentemente definitiva versión de su plantilla conjunta para las R-PP, en la que las menciones de la versión anterior a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y al consentimiento libre, previo e informado habían sido considerablemente suavizadas, y los procedimientos conducentes a asegurar el respeto de las salvaguardias sociales y ambientales habían sido modificados.

Es probable que en todos los debates sobre la política de REDD también se intente interpretar convenientemente el mandato de Cancún de una manera menos rigurosa. Por eso, ahora más que nunca la presión a nivel nacional y a nivel de comunidad tiene que estar ligada a estos foros internacionales. Por otro lado harán falta nuevos esfuerzos para apoyar a las organizaciones de pueblos indígenas en sus respectivos países con el fin de que puedan presentar sus propios principios para la REDD y así desafiar a sus gobiernos y a las instituciones internacionales a respetar plenamente las obligaciones y los tratados o declaraciones internacionales de los derechos de los pueblos indígenas.

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