miércoles, 16 de noviembre de 2011

Murió el indio Daniel. ( la Guayana Esequiba)



 Daniel  Barandiarán Larrañaga
Tomado de El Nacional Sábado 12 de Noviembre de 2011

El sábado 8 de octubre falleció en el Municipio Oyón, Provincia de Álava, Daniel  Barandiarán Larrañaga. Tenía 89 años de edad.

Doctor en Historia y Etnología, llegó a Venezuela en los años 50 y para 1959 ya convivía con las etnias del Alto Orinoco. Su estadía de casi 20 años le permitió identificarse con los Sanemá-Yanoama, quienes lo consideraron un “miembro adoptivo”. Prueba de ello fue su primer libro: Los Hijos de la Luna (1974), en el que reivindicó con toda la fuerza de su experiencia personal, “los valores olvidados o conculcados del indígena venezolano, substrato mismo de nuestra nacionalidad”.

En 1969 ingresó como investigador de historia territorial en el Ministerio de Relaciones Exteriores, de donde saldría en 1994, y con 25 años de servicio, con el rango de Ministro Consejero. Daniel integró el cuarteto de expertos en esta disciplina tan exigente, junto a Hermann González; S. J; Pablo Ojer Celigueta y José del Rey Fajardo, S. J.

Barandiarán consideró a los historiadores de la territorialidad como “psicoanalistas de la Naciones”. Dijo al respecto lo siguiente: “La autopsia de los pueblos y de las naciones con el escalpelo de la historia, colma los huecos negros del secreto y del misterio primigenios, huecos negros que degeneraron en cascadas posteriores de leyendas, consejas, fábulas, rábulas, trovas y mitos donde naufragó la verdad de la Historia, entonces monopolio exclusivo de leguleyos y de abogados disfrazados de historiadores”.

Lo conocí en la Dirección de Fronteras del  MRE en los años 80 y desde entonces fui su amigo. Lo visité en su casa de Colinas de la Mariposa, “Nube de Agua” y comí su yogurt y las ensaladas que preparaba con las verduras y vegetales que cosechaba en su jardín, consecuente con su régimen vegetariano; en otras ocasiones me visitó en el Instituto de Investigaciones Históricas P. Hermann González Oropeza, S. J., de la Universidad Católica Andrés Bello.

Daniel, o “el indio Daniel” como le gustaba que lo llamaran, dejó una significativa  obra escrita, con textos fundamentales para la historia territorial de Venezuela. No hacía concesiones a la mediocridad y de allí que en ocasiones, la hora de la crítica, “la cabra se le iba para el monte”, decían sus colegas. Hablaba - y escribía - sin cortapisas y más cuando se trataba de asuntos territoriales.

Dueño de una pluma privilegiada y de amplios conocimientos en diversas disciplinas, fue autor de varios libros significativos, entre ellos: Introducción a la Cosmovisión de los indios Ye´Kuana-Makiritare (1979), en el que se detuvo en la filosofía y ética de estos aborígenes, sus energías vitales, su interdependencia y su jerarquía, entre otros asuntos.

El Laudo Español de 1865 sobre la Isla de Aves (1989), quizás el texto más completo sobre el tema hasta la fecha, escrito con anterioridad al dictamen sobre el status de las islas e islotes deshabitados en el nuevo Derecho del Mar. Dijo entonces Daniel en el prólogo: “No basta con nuestra presencia en la Isla. Debemos y tenemos la obligación de sacar provecho de los inmensos recursos marítimos de esos 80 mil  kilómetros cuadrados que genera la Isla. No hacerlo, sería condenarnos como el eunuco bíblico que guardara, debajo de su cama, los talentos que su señor le diera para su usufructo y para su rentabilidad”.

El Orinoco Amazónico de las Misiones Jesuíticas (1992). En esta separata del libro Misiones Jesuíticas en la Orinoquia (T. II., Universidad Católica del Táchira) afrontó el reto de “presentar el prolegómeno territorial–geográfico que sirviera, como base de sustentamiento y de plataforma a la presencia y a la acción de las Misiones Jesuíticas en el Orinoco considerado como Amazónico y como columna vertebral de la vasta Provincia doble del Dorado de Quesada y de Guayana de Berrío”.

Brasil nació en Tordesillas (1994) corresponde a la historia de los Límites entre Venezuela y Brasil, destacando la pérdida de la vocación amazónica estructural que tuvo la primigenia Venezuela. En Tordesillas “se concibió y gestó un Brasil portugués; correspondió a la Provincia-Gobernación de Guayana perder las dos terceras partes de su entraña territorial, como la parte más afectada de la herencia castellana en América del Sur”. Lástima que no pudo continuar el segundo tomo, correspondiente al período 1802-1859, año éste cuando se firmó el Tratado de Límites entre Venezuela y Brasil.

Daniel quiso a su segunda patria y se identificó con su gente y su territorio. Le hubiese gustado morir en Venezuela pero la enfermedad le jugó una mala pasada.

Amigo: Usted le sirvió bien, con honestidad y entrega a Venezuela. Usted no le falló y eso debe enorgullecerlo dondequiera que se encuentre.

Manuel Alberto Donís Ríos.
Instituto de Investigaciones Históricas P. Hermann González, S. J.
UCAB, Caracas, octubre de 2011. .

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